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El Cuerpo Expuesto: Reseña

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*De nuestra gustada sección: LEER DC. Nuestras RESEÑAS de la Biblioteca Pública*

Esta novela de Rosa Beltrán es un texto en torno a la evolución. Mejor dicho, en torno al hombre que cambió la mentalidad del hombre para siempre. El mismo que puso en entredichos a las religiones de su época, particularmente a la religión cristiana. Simplemente porque las ideas de Charles, se oponían a lo escrito en las sagradas escrituras, donde puede leerse y se afirma que descendemos de una pareja original formada por Adán y Eva.

En el Cuerpo Expuesto, Darwin está regresando de su último viaje, largo viaje por cierto, volviendo de lugares exóticos donde había visto cosas maravillosas. Un Darwin ya mayor, de vuelta de un último viaje por el mundo, pero esta vez cargando pruebas de investigación, animales disecados y la polémica aseveración de que descendemos del mono.

En este texto de bellos paisajes, vemos a la sociedad decimonónica de la época debatir y renegar de tal afirmación no sólo por los religiosos de tal momento, sino por los científicos de la época que se negaban a aceptar que a pesar de la palidez de su piel y sus ojos azules claros, no eran sino mamíferos de un mundo animal, interconectado por invisibles -hasta ese momento- líneas genéticas genealógicas que nos emparentaban unos con otros para atrás y para adelante. El Darwin acusado de farsante, de blasfemo, de loco. El Darwin tachado de vago y perezoso por su hermano el doctor, despreciado por su padre que reprobaba el que su hijo fuera un viajero; pero también el jefe logístico de un barco más bien chico, en el que sufre de mareos y malestares estomacales. El hombre tenaz que a pesar de todo logra su propósito. Un Darwin celebrado, rechazado, repudiado, caricaturizado, pero también un hombre amado, temido, padre, hijo, hermano, amigo y enemigo. El que se enamora y hace familia. Aquí vemos también al Darwin niño, imposibilitado para ser doctor, el que sufre por un hermano mayor que lo tilda de tonto, y perezoso pues pasa horas mirando la vida. Pues desde muy joven mostro interés en ser un observador de la naturaleza, como más tarde el mismo Darwin se describiría. Un Darwin de carne y hueso que trasciende el tiempo y reencarna en otros, los hombres con la verdad en la punta de la lengua. Pero bueno, no confundamos, no es una biografía del padre dela evolución, dado que su historia se empareja con la de alguien que se autonombra “El ultimo Darwinista”, un biólogo que expone en el internet, su sitio se llama: Inteligencia adquirida: el origen de la involución, y expone a seres humanos expuestos a las mutaciones alimenticias, a los productos genéticamente modificados, a las condiciones climatológicas y a químicos venenosos que conviven con nosotros todos los días.

“Que en qué me basaba para decir que los humanos hemos empezado a involucionar. Los ejemplos presentados en mi sitio de internet hablan por si mismos… es mil veces mas inmoral hacer experimentos con animales a los que torturan y minan su salud o que crear organismos y ADN sintéticos en la red de laboratorios del primer mundo”.

El hombre recibe críticas, censura. Hay quien afirma que abusa de los monstruos que expone.  Él se defiende, dado que sólo está exponiendo los resultados de la experimentación genética, alimenticia y moral. “Sobrantes alimenticios aderezados con químicos infames: benzoato potásico, nitritos y nitratos, formaldehidos, hormonas sintéticas, antibióticos. Agentes mortíferos”. 

¿Acaso la evolución será fabricada en un laboratorio? ¿Seremos producto de las modificaciones en las semillas de los productos que comemos? ¿Tiene empresas como Monsanto el derecho a atentar contra la vida de este mundo? ¿Las otras corporaciones de tecnología alimenticia y genética a modificar el curso de nuestro ser?

Este nuevo darwinista, como se denomina el mismo, tilda a sus críticos de hipócritas y farsantes. Los monstruos que el expone son víctimas, afirma. El tipo es criticado por afirmar que esos sujetos que expone (monstruos les llaman) es algo inmoral. Él se defiende diciendo que es más inmoral, las acciones de las corporaciones. “Las etiquetas que cubrían las latas con plomo mostraban ejemplares de frutas y verduras perfectas y coloridas, imposibles de encontrar. Lo que se introducía en ellas, en cambio, eran los restos de aquello que estaba a punto de la putrefacción”.

Estas dos historias paralelas, hacen que la historia de Darwin y el relato de este hombre que expone en su blog cuerpos alterados, y a seres humanos monstruosos, hacen de este texto, una novela en cuerpo expuesto.

Rosa Beltrán, El Cuerpo Expuesto. Ed. Alfaguara 2013.