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Entrevistas Ocasionales de Verano: Domnita Dumitrescu

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El Primer Congreso de la Academia Norteamericana de la Lengua Española reunió a un grupo selecto de expertos en la materia. Inspirados por estas conversaciones respecto al español en los Estados Unidos, HC decidió realizar una serie de entrevistas con algunos de los ponentes de este prestigioso evento, mismas que hemos denominado: Entrevistas Ocasionales de Verano.

DomnitaDomescuPresentamos la plática con la doctora Domnita Dumitrescu, a partir de su ponencia: Hacia un modelo integrado de la enseñanza del español a los hispanounidenes a nivel universitario: El caso de Los Ángeles

HC-¿Cómo define usted a un estudiante “de herencia hispana”? La definición más general que se usa es la de un estudiante que ha sido criado en un hogar en el que se habla español, y que es hasta cierto punto bilingüe. Por supuesto, se  pueden hacer sub clasificaciones en base a su grado de bilingüismo (que puede ir desde un dominio activo de ambas lenguas hasta un conocimiento pasivo del español), pero ésta es la definición más amplia y más abarcadora. Desde el punto de vista generacional, se trata de hijos o nietos de inmigrantes hispanohablantes, nacidos y educados en los Estados Unidos, pero también pueden entrar en la misma categoría los niños nacidos  en el  extranjero, pero que llegan a este país a una edad tierna y se escolarizan exclusivamente en inglés.

HC-¿Cómo enseñar español a los estudiantes “de herencia hispana”? ¿Existe un método? Poco a poco, los expertos se han ido dando  cuenta de las profundas diferencias que existen entre los estudiantes de herencia y los estudiantes que estudian el español como lengua extranjera,  tanto en cuanto a sus  conocimientos intuitivos  como a sus  estilos de aprendizaje. Por ejemplo, los hispanos de herencia no necesitan tanto énfasis en la pronunciación como en el caso de los no hispanos que aprenden español como lengua extranjera, pero en cambio  necesitan mucho más énfasis en la escritura. Dominan el sistema fonológico y se expresan con soltura, especialmente en los registros  familiares, pero escriben con dificultad y a veces presentan casos de los que llamamos “fosilización”, o sea errores ortográficos persistentes y  gran inseguridad en el uso de los acentos escritos. El sistema gramatical lo manejan con más facilidad que los extranjeros, pero tienen grandes deficiencias en el vocabulario de los registros formales, etc. Por supuesto,  no hay un solo métodos pedagógico único e infalible, porque el  enseñante debe adaptar sus técnicas a la  población  estudiantil concreta que tiene delante, aunque en muchas universidades y escuelas estadounidenses se han creado programas especiales para estos estudiantes.

HC-¿Qué más, además de gramática, claro, sugiere usted se les enseñe  a estos alumnos? La gramática es la columna  vertebral del  idioma, de esto no hay duda, pero estos estudiantes, como acabo de señalar,  tienen un conocimiento innato de la misma, aunque quizás imperfecto e incompleto, así que lo que hay que hacer es enseñarles  sobre todo las formas correctas, o sea que hay que  enriquecer su vocabulario, hay que  desarrollar  su capacidad de expresión oral y escrita , hay que desarrollar su competencia socio-pragmática para que usen  la lengua de forma adecuada en una variedad de situaciones comunicativas, etc. Y esto se logra no con ejercicios gramaticales, sino con mucha lectura  y mucha práctica de escritura, y con un conocimiento profundo de la cultura hispana en su conjunto.

HC-¿Qué papel juega la cultura en el aprendizaje de otro idioma, en este caso del español? El estudio de la cultura es fundamental para el aprendizaje de un idioma, y los estudiantes de herencia deben ampliar su horizonte cultural. Y no me refiero sólo a aspectos relacionados con la música, los bailes tradicionales, las fiestas y las comidas de una u otra parte del mundo hispano, sino también es necesario que conozcan lo que algunos llaman “la alta cultura” o la cultura con C mayúscula, o sea que deben leer la literatura y conocer la historia y el arte de estos países hermanos. Como decía una conocida lingüista, deben saber que Goya no es sólo una marca de frijoles, sino también un  pintor de renombre universal.

HC-¿Cómo ha sido su experiencia como profesora de español en Los Ángeles, donde el espectro de lo latino es muy grande?   Ha sido una experiencia muy enriquecedora, porque  me dado la oportunidad de aprender sobre el español probablemente en la misma medida en que mis estudiantes han aprendido de mí. Como ustedes entenderán yo no soy hispana, y nadie en mi familia ha hablado español. Es un idioma que empecé a estudiar en la Universidad de Bucarest, a los 18 años, y del que me quedé enamorada por toda la vida. En Rumanía, y luego en España, adonde viajé varias veces  para congresos o cursos de verano, aprendí el español europeo, y fue en los Ángeles, después de inmigrar a los EE. UU en 1984, donde descubrí el deslumbrante tesoro del español latinoamericano. En las clases de sociolingüística que imparto a mis estudiantes de maestría -muchos proceden de México, de El Salvador, de Guatemala, de Perú, de  Ecuador, de Venezuela, de Argentina, de Chile y de Honduras-, he aprendido mucho  sobre su lengua y su cultura, misma que respeto y valoro. Así como respeto y valoro la cultura chicana, sobre la que hablo en la clase de español en los EE. UU, que introduje en el programa de mi universidad, y sobre cuyos autores escribo artículos. Por otra parte, precisamente porque no soy hispana, pero he estudiado en profundidad la lengua, mis estudiantes me tienen confianza y me respetan. O sea que mi experiencia didáctica en la Universidad Estatal de California en Los Ángeles ha sido, como se dice en inglés, “a win-win situation” por la que estoy muy agradecida a mi país de adopción.

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Domnita Dumitrescu es doctora en lingüística hispánica por la Universidad del Sur de California y catedrática emérita de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. Es autora de numerosos trabajos, publicados tanto en Estados Unidos como en Europa y Latinoamérica. Es  miembro numerario de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y miembro correspondiente de la Real Academia Española. Además es editora de reseñas y medios audiovisuales para la revista Hispania, el órgano oficial de la Asociación Americana de Profesores. Ha sido profesora visitante y Fulbright Scholar en Argentina, España, Costa Rica, y otros países hispánicos.